Hace un sol radiante, que hace que sus ojos sean aún más bonitos. Ella, como cada semana, se va acercando por su ventana, y espera ansiosa que esté abierta, para poder verle, y que él la mire a ella.
Cuando está a dos pasos, oye como él la está abriendo, así que aminora ligeramente, para que al abrirla, él la pueda ver. Justo cuando llega a la ventana, él la abre mientras bosteza, la ve, rápidamente deja de bostezar, intentando que ella no lo haya visto; y se miran, esas miradas que no significan nada, pero a la vez lo significan todo.
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